Mayra Salazar, Fundadora del proyecto Libélula Verde, Laboratorio de Agroecología

Fotoreportaje: Misael García Aguirre   •  Coordinación: Arantza García

Libélula Verde es un proyecto agreológico que busca ser un espacio seguro para las mujeres, un espacio integrador “donde las mujeres siguen dando alimento a sus hijos y a su familia”. 

Mayra Salazar, fundadora del Proyecto Libélula Verde, Laboratorio de Agroecología. Estudió Administración de Recursos Humanos en México y una maestría en Ciencias Hortofrutícolas, en la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas de Chihuahua, pero fue su acercamiento a la soberanía alimentaria en Canadá, y posteriormente en Coahuila, lo que la llevó a fundar Libélula Verde en Chihuahua en el 2016. Actualmente el proyecto está gestionado por ella, por Lenin Névarez y por Fabiola Terrazas.

libelula verde

 Uno de los murales del Huerto, hechos todos por mujeres.

 En Canadá los paisajes, los jardines, el contacto con la naturaleza le hacían sentir una conexión, tranquilidad y una sensación de paz: “pero a final de cuentas”, dice, refiriéndose a la ciudad de Chihuahua, “yo no lo veía tanto aquí, primero, porque ni tenemos los espacios, ni tenemos los recursos, ni hay la cultura”.

Mural de la Pachamama de fondo, diseñado en colaboración con Adriana Lara, de Poesía Norteña. 

La experiencia de Mayra en Canadá fue enfocada al diseño de jardínes decorativos. En México y en Chihuahua encontró que las necesidades y las posibilidades de la población eran completamente diferentes.

Su trabajo como voluntaria en el Rancho el Chuzo, en General Cepeda, Coahuila, la ayudó a ubicarse en el espacio y el entorno del norte de México: “venía muy desubicada de algo que no era nuestra realidad. Allá (en Canadá) sí lo hacían por salud, pero aquí yo sentía que era por seguridad alimentaria. Como que eran dos tipos diferentes de ver las cosas.”

Para su proyecto de maestría, bajo la asesoría del Dr. Loreto Robles, empezó a trabajar con huertos de un metro cuadrado para siembra de hortalizas de temporada en la zona urbana. Estos espacios se pueden adecuar a las condiciones de patios de cemento que son comunes en la ciudad de Chihuahua.

Las abejas en el San Miguelito (Antigonon leptopus), una enredadera que decora las paredes del huerto.

Mayra con el apiario del huerto.

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Con un mural de la Pachamama de fondo, diseñado en colaboración con Adriana Lara, de Poesía Norteña.

Una de las líneas de investigación de Mayra es el huerto como un espacio seguro para las mujeres, un espacio integrador, “donde las mujeres siguen dando alimento a sus hijos y a su familia”.

Uno de los trabajos principales de Libélula Verde es la divulgación y la educación. El proyecto, además de los cursos que se llevan a cabo en el espacio físico, comprende intervenciones fuera del espacio y en redes sociales. El impacto en la ciudad de Chihuahua lo calcula entre diez mil y quince mil chihuahuenses que se han acercado a ellos en redes sociales.

“(Este espacio) está abierto para la gente que se siente maltratada o rechazada, o que no está en todos los espacios. Es más, está abierto para que toda la gente y todos los seres vivos se sientan bien. Pero sí siento que en especial con las mujeres […] Es importante cuando nos abrimos a que sea un espacio seguro: un espacio seguro no puede serlo para unas personas e inseguro para otras. Punto”.